HCG significa gonadotropina coriónica humana, que es una hormona producida por ambos sexos, pero que generalmente se encuentra en grandes cantidades en mujeres embarazadas.
Cuando una mujer queda embarazada, su cuerpo comenzará a producir la hormona para metabolizar (procesar) la grasa, de modo que pueda ser utilizada por el bebé.
Los médicos utilizan la HCG para evaluar cómo avanza el embarazo y también para estimular la producción de estrógeno en las mujeres y de testosterona en los hombres.
La pérdida de peso a través de la hormona HCG, también conocida como dieta HCG, se utilizó por primera vez en la década de 1950, cuando se utilizaron inyecciones de la hormona junto con una dieta baja en calorías para ayudar a perder peso.
Se pensaba que, dado que la HCG metabolizaba la grasa en mujeres embarazadas, podría tener el mismo efecto tanto en mujeres como en hombres no embarazadas.
Sin embargo, aunque algunos centros de salud todavía prescriben la dieta HCG, el servicio de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Asociación Médica Estadounidense (AMA) nunca han aprobado formalmente la hormona para este propósito, y en realidad se ha demostrado que no muestra signos de ayudando a perder peso.
Los médicos creen que cualquier pérdida de peso con la dieta HCG no se debe a la inyección de hormonas, sino a la dieta baja en calorías de solo 500 calorías por día.
Si está contemplando una dieta HCG o puede estar preocupado por su peso de alguna manera, se recomienda que busque el consejo de un médico o nutricionista calificado.