Tanto la clara de huevo como el amarillo de huevo contienen una variedad de proteínas. Los huevos son una excelente fuente de proteínas; normalmente, un huevo grande tendrá alrededor de 2,7 gramos del nutriente. Consumirlos como parte de una dieta equilibrada puede ser muy beneficioso para personas de todas las edades y, además, son aptos para vegetarianos, siempre que se produzcan en un entorno donde la fertilización no sea posible. Los huevos se pueden servir de varias formas: fritos, revueltos o escalfados, por lo que no es fácil aburrirse al comerlos con regularidad.
El amarillo de huevo, también conocido como "yema", contiene una serie de proteínas, así como minerales, vitaminas y grasas. Comer demasiadas yemas puede ser poco saludable debido a su contenido de grasa considerablemente alto. Por otro lado, una yema contiene alrededor de 4.5 gramos de grasa, mientras que el cuerpo requiere de cincuenta a setenta gramos de grasa por día. Por lo tanto, comer una o dos yemas de huevo varias veces a la semana no afectará su dieta de manera negativa.
Pero si busca evitar la grasa, puede limitarse a comer solo la clara de huevo; es fácil quitar la yema de huevo con un tenedor y una cuchara. Las claras de huevo contienen aproximadamente la misma cantidad de proteínas que las yemas de huevo, pero casi no contienen grasa. Además de pequeñas cantidades de sodio y carbohidratos, las claras de huevo contienen un 90% de agua. Esto los convierte en fuentes de alimentos increíblemente saludables.
Es muy recomendable comer tanto la yema como la clara de huevo, ya que te permite consumir grandes cantidades de proteínas junto con otros nutrientes importantes. Además, evita el despilfarro, ahorrando dinero en la tienda de alimentos semanal. Si eres amigable con los animales, asegúrate de comprar tus huevos de gallinas camperas; estos huevos provienen de pollos que se crían en condiciones humanas y agradables.