La gestión de matrices es una forma de gestión en la que las personas que tienen habilidades en áreas similares se colocan juntas para completar ciertas asignaciones. La principal ventaja de este tipo de gestión es que permite a los miembros del equipo compartir cualquier información más libremente a través de fronteras que de otro modo habrían existido.
Otra gran ventaja es que se pueden elegir personas que se adapten a los requisitos de un proyecto y el equipo será más dinámico y podrá abordar determinados problemas de diferentes formas. Habrá un gerente de proyecto designado que es responsable de completar las tareas, por lo que los trabajadores sabrán ante quién son responsables y el gerente de proyecto conocerá los plazos específicos y las limitaciones presupuestarias del proyecto.
Algunas desventajas de los estilos de gestión matricial incluyen un conflicto sobre la asignación de recursos entre los gerentes de línea y los gerentes de proyecto. Si un equipo tiene demasiada independencia, los proyectos pueden ser más difíciles de administrar que si fueran monitoreados más de cerca. Puede haber un aumento en el costo si se requieren más gerentes para administrar los equipos de proyecto. Las personas también pueden necesitar aprender nuevas habilidades y abordar rápidamente ciertos problemas, incluido el manejo de los demás y de ellos mismos.
La estructura de gestión matricial ahora se considera en gran medida la forma preferida de organización y la sensación general es que la estructura puede permitir un uso más eficaz de los recursos, incluido el recurso humano, además de hacer de la empresa en cuestión un lugar más cómodo y satisfactorio para trabaja. Los equipos solo pueden existir durante la duración del proyecto y luego pasar a trabajar en diferentes equipos dependiendo de las habilidades que posean las personas. Esto podría clasificarse como una ventaja, ya que los trabajadores pondrán en práctica sus habilidades en las áreas en las que más se destacan.