¿Bajo qué condiciones es éticamente defendible subcontratar la producción al mundo en desarrollo donde los costos laborales son más bajos cuando tales acciones también implican el despido de empleados a largo plazo en el país de origen de la empresa?

Es probable que esta pregunta estimule una discusión animada, particularmente si los estudiantes han sentido personalmente el impacto de esta práctica. Muchas empresas estadounidenses están subcontratando no solo el trabajo manual, sino también los puestos administrativos al mundo en desarrollo. Los estudiantes se enfrentan a un mercado laboral frágil en el que los puestos que pudieron haber buscado cuando comenzaron sus títulos universitarios se están "enviando al extranjero". Algunos estudiantes argumentarán que las empresas deben hacer lo que sea mejor para todas las partes interesadas, y si eso significa aprovechar los costos laborales más baratos en otros lugares, entonces esa es la estrategia adecuada. Sin embargo, otros probablemente argumentarán que las empresas tienen una deuda social con sus países de origen y que la lealtad de los empleados a largo plazo debe ser recompensada.