Daisha
Los bebés pueden balbucear casi tan pronto como nacen. Más tarde, aprenden los nombres de los objetos al enfrentarse a sus padres. Ser capaz de hablar, sentir y producir sonidos de la boca son dos cosas diferentes. Con los años, el habla se ha vuelto más complicado. Podemos decir más porque la inteligencia de los hombres se ha desarrollado.
Pero nuestro aparato para producir el sonido en sí mismo sigue siendo sencillo. El sonido se produce mediante vibraciones de las cuerdas vocales. Estas cuerdas vocales son dos bandas de tejido elástico en la laringe, una válvula que protege la entrada a la tráquea en el cuello. Cuando el aire entra y sale, las cuerdas vocales se frotan y se vuelven a separar. Soplos de aire escapan rítmicamente desde la laringe hacia la cavidad detrás de la boca y el conducto nasal, y salen por la boca y la nariz produciendo un tono. Las cuerdas vocales de un hombre son más largas que las de una mujer, por lo que su voz es más baja. Al mover nuestros labios y lengua de diferentes maneras, podemos pronunciar las palabras particulares que queremos decir.