Atenea
Siete de sus costillas, conocidas como 'verdaderas costillas', se conectan a su columna en la espalda y al esternón en la parte delantera con la ayuda del cartílago. La segunda sección de sus costillas, conocida como 'costillas falsas', consta de tres pares que también se conectan a la columna en la parte posterior, así como a la más baja de sus verdaderas costillas en la parte delantera. Por último, las costillas más pequeñas de la caja torácica son las 'costillas flotantes' que se conectan a la columna pero no a ninguna otra parte del cuerpo.
La caja torácica está diseñada para proteger sus órganos, especialmente los más vitales, su corazón y pulmones. El esternón es el hueso que brinda mayor protección a su corazón, ya que está directamente encima de él y es muy duradero. De hecho, es tan duradero que es necesario utilizar una sierra para huesos en particular para poder cortarla y abrirla para las operaciones. Los músculos entre las costillas permiten que la caja torácica se eleve al inhalar y se mueva hacia abajo para liberar aire durante la exhalación.
Es importante comprender que, a pesar del deber de la caja torácica de proteger los órganos, las costillas se rompen con facilidad. Una lesión puede ser causada por varias cosas, como una caída o durante un juego deportivo. Si se ha roto una costilla, sentirá un dolor intenso y probablemente tendrá problemas para respirar o moverse. Una vez que hayas consultado a un médico te realizarán una radiografía para determinar la gravedad de la lesión y dónde está la rotura. Para curar una costilla rota, será necesario aplicar cinta adhesiva desde el esternón, sobre la parte superior de la costilla rota y terminando en la columna. Esto se hace para mantener quieta la costilla rota para que la persona pueda respirar correctamente. En los casos más graves, una costilla puede romperse y perforar cualquiera de los órganos delicados, como el corazón o los pulmones. Si esto ocurre, es necesaria atención médica inmediata.