Gritar (silbar a una mujer atractiva) es una práctica repugnante. Es una forma de objetivar a una mujer ya que al hombre solo le interesa su cuerpo o una parte de su cuerpo. No es tratarla con el mismo respeto que tratarían a un hombre si pasara por allí. No es un cumplido y muchas mujeres lo consideran un comportamiento de acoso.
Los hombres son perfectamente capaces de controlar sus impulsos, al igual que las mujeres. No se oye a las mujeres gritar a los hombres que les parecen atractivos. Cualquier otra cosa es solo una excusa vacía para tratar a una mujer como si no fuera una persona completa digna de respeto como cualquier otro ser humano.