Anna
Arnold rinde homenaje a Shakespeare como gran genio, gran poeta, gran pensador y gran hombre. Arnold dice que otros escritores y pensadores responden a nuestras preguntas sobre la vida. Pero Shakespeare evita cada vez que le hacemos algunas preguntas. Simplemente sonríe y se queda en silencio. Significa que un gran artista, como Shakespeare, representa la vida tal como es, con sus misterios, complejidades y contradicciones. No saca ninguna conclusión y no hace fórmulas duras y rápidas sobre la vida. La vida es diferente a la lógica y las matemáticas donde cada pregunta tiene una respuesta directa y definida. Pero, en la vida, no es así. La naturaleza de la vida es demasiado relativa para permitir esto.
Lo mismo puede tener diferentes significados para diferentes personas en diferentes circunstancias. Entonces, la vida no es triste ni feliz, ni buena ni mala, ni buena ni mala, ni fácil ni difícil. Son todas estas cosas al mismo tiempo. Por eso los tontos son rápidos en cuestionar y rápidos en responder. Los sabios son lentos en ambos.
Arnold cree que nadie ha podido medir la grandeza de Shakespeare. Era como una colina elevada plantada en lo profundo del mar, con su pico alto besando el cielo. Por eso nadie pudo jamás evaluar la altura y profundidad de su pensamiento. Shakespeare sabía todo sobre la naturaleza humana y el destino humano. Pero todo su conocimiento era innato, innato y arraigado. No lo obtuvo de los libros ni de ninguna institución educativa porque no tenía una educación formal. No pudo obtener su debido honor y reconocimiento durante su vida. Sabía su propio valor. Era demasiado respetuoso de sí mismo para perseguir el honor y la fama mundanos. Fue honesto y valiente. No teme oposiciones ni enemistades. Estaba bastante seguro en sí mismo.
Durante su vida, Shakespeare vivió en esta tierra como un hombre común sin atraer la atención especial de nadie. Arnold dice que era bueno que nadie conociera su verdadero genio, de lo contrario tendría que enfrentarse a las enemistades y rivalidades de muchas personas tontas como suelen tener que afrontar los grandes hombres o los genios.