Creo que es porque en ese entonces la gente quería ver principalmente drama y obras violentas para ocuparlos y distraerlos de sus vidas normales.
Shakespeare estaba escribiendo para una clientela que era completamente "nueva", en Londres, en la que acudían en masa a la capital, atraídos por sus programas filosóficos, financieros, sociales y culturales, ¡cada hombre convencido de que podía hacer su fortuna prácticamente de la noche a la mañana!
En Londres, frente al hacinamiento, los alquileres altísimos, las enfermedades en forma de plaga bubónica, sin fuerza policial y sin ejército permanente, se podía excusar a un hombre por renunciar a todo y 'escapar' de regreso a casa.
Shakespeare lo sabía y, por lo tanto, convirtió sus obras en dramáticas y sensacionales, sazonadas con ingenio, alegría y tragedia en dosis iguales, tanto que la población olvidó sus propios problemas y los vivió en el escenario.