Francisca
En el siglo XII, los marineros de China y Europa descubrieron que un trozo de piedra imán (mineral magnético), cuando flotaba sobre un palo en el agua, se alineaba de modo que apuntaba en la dirección de la estrella polar. Esto se debe a que la Tierra misma actúa como un gran imán con un campo norte-sur, lo que hace que los imanes que se mueven libremente adopten la misma dirección.
La dirección del campo magnético de la Tierra no es perfectamente paralela al eje norte-sur del globo, pero está lo suficientemente cerca como para que una brújula sin corregir sea una guía práctica. La inexactitud o declinación difiere en escala de un punto a otro de la Tierra. La desviación de la aguja de una brújula debido a influencias magnéticas locales se denomina desviación.