Revisaría la pintura y, si aún está en buenas condiciones, le preguntaría por qué quiere que se vuelva a pintar.
Si no se ve tan bien como cuando lo dejaste, pregúntale qué le pasó. Si puede mostrarle los documentos del trabajo de pintura y cuando esté terminado, tal vez sugiera que si él quiere que lo vuelva a pintar por el único motivo que quiere algo nuevo, sugiérale que puede hacerlo por su cuenta. Yo diría que tal vez cada tres años se haga un nuevo trabajo de pintura.