Este concepto se refiere al hecho de que el comportamiento humano no es un proceso espontáneo e impredecible, sino que puede analizarse científicamente y adelantarse porque los humanos siguen patrones psicológicos y la mayoría de las acciones que tomamos son el resultado de una reacción de causa y efecto.
Se podría argumentar que todo lo que hacemos, cada acción que tomamos, tiene un estímulo biológico o social, una causa para cada acción.
De esta manera, comprender las causas de las acciones que probablemente cometemos hace que el comportamiento humano sea algo predecible.