Aryanna
Básicamente, hay dos tipos de frescos: pinturas al fresco buon y pinturas al fresco secco. Los dos tipos de frescos difieren en su enfoque. Los frescos de buon se realizan en yeso húmedo, mientras que los frescos de secco se realizan en yeso seco. Utilizando la técnica del buon, los pintores usan pigmento que se ha mezclado con agua para pintar sobre mortero de cal o yeso aún húmedo. Esta técnica no requiere de un yeso adicional ya que el pigmento, luego de ser mezclado con el agua se adherirá a la pared. Un buen ejemplo del uso de este estilo es la Basílica de San Francisco de Assissi.
Una pintura de secco, por otro lado, se realiza sobre pintura seca y, por lo tanto, la longevidad del trabajo no es para usted. Una pintura de secco requiere un medio para unir el pigmento. Los frescos de buon duran más. Por lo tanto, si un artista quisiera dejar una huella duradera de su trabajo en los frescos, definitivamente optaría por este tipo de trabajo al fresco. Los frescos de secco no duran tanto como los frescos de buon. Se usaban principalmente para dar los toques finales a una obra de arte o para corregir cualquier error que pudiera ser evidente en el fresco buon.