Hablar en público es una perspectiva desalentadora en el mejor de los casos, y en la mayoría de las ocasiones tendemos a practicar cualquier discurso hasta el punto de que se convierte en una segunda naturaleza.
Un discurso improvisado en esencia significa que no puede darse ese lujo; sin embargo, lo que pierde en la práctica a menudo se ve contrarrestado por el impacto que tendrá el discurso. Un discurso desenfadado puede ser útil en muchos entornos, desde un gerente que impulsa a su fuerza de trabajo hasta un entrenador que inspira a su equipo al éxito.
El siguiente clip tomado de la película Un domingo cualquiera (1999), es un ejemplo de cómo un discurso improvisado puede motivar y conmover a la audiencia.
www.youtube.com/watch?v=WO4tIrjBDkk
Si se le pide que dé un discurso improvisado, los siguientes consejos le ayudarán a superarlo con éxito.
- Hable y utilice experiencias específicas que haya tenido.
- Utilice su propio conocimiento y experiencia, de esa manera no tendrá que pensar demasiado y dejar grandes agujeros en su diálogo.
- Decida un punto de partida y un punto final, e intente tener una idea del cuerpo y la estructura de su discurso.
- Trate de mantener la calma y la relajación. No hables demasiado rápido y trata de no dividir oraciones con pausas largas y 'ummmms' o 'errrrrrrs'
- Explique la relevancia de por qué está hablando de un tema determinado. Abra su discurso con fuerza y concluya restableciendo sus puntos o hechos clave.