Alene
El inicio suele ser insidioso; la persona experimenta un período de fatiga general, enfermedad inespecífica y rigidez y sensibilidad matutina en algunas articulaciones. Las pequeñas articulaciones de las manos o los pies o las muñecas, codos o rodillas son generalmente las primeras en verse afectadas. La enfermedad se desarrolla simétricamente y es progresiva, las articulaciones afectadas se hinchan, duelen, enrojecen y cada vez son más difíciles de mover. Su rango de movimiento se reduce. La piel que la recubre puede adquirir un aspecto estirado, suave y brillante.
La debilidad y los espasmos musculares son comunes en las primeras etapas y con frecuencia van seguidos de una atrofia muscular marcada. A menos que se inicie un tratamiento temprano, se desarrollan deformidades y destrucción progresiva del tejido articular, lo que conduce a una discapacidad permanente. Se producen luxaciones parciales (subluxación) y contracturas en flexión. Las deformidades que se observan con frecuencia incluyen hiperextensión de las falanges distales, contractura en flexión o desviación cubital de los dedos debido a la afectación de la articulación metacarpiana de la falange y contracción en flexión de muñecas, rodillas y caderas.
Se manifiestan alteraciones constitucionales generales; el paciente parece enfermo; también se pueden desarrollar anorexia, pérdida de peso, fatiga y depresión. También puede haber fiebre baja, taquicardia, anemia y leucocitosis leve.