Después de trabajar para otros tantos años y verlos ganar todo el dinero, decidí comprar a mi jefe y él estaba pensando en cerrar la tienda. Lo compré tan pronto como pude. Mi motivación era que estaba cansado de trabajar para otros y quería mi propio negocio. Fue una gran idea y funcionó muy bien durante muchos años hasta que se la vendí a un empleado y me jubilé antes de tiempo. Quería hacer las cosas de la manera que pensaba que era mejor, además de todas las cosas malas que veía cuando trabajaba para otros.