¡Solo si estás realmente listo para leer! -
Además de todo lo que se ha dicho y se ha hecho con él, hay que mencionar que la pintura también se ha estudiado bastante y es comprensible. Se ha dicho en numerosas ocasiones que la pintura consta de códigos secretos, mensajes y en algún momento incluso se sugirió que la pobre Lisa es en realidad un hombre, presumiblemente el propio Leonardo da Vinci (en su forma más bonita, supongo). Hoy, estas teorías parecen un poco ridículas, pero hay un matiz que sigue siendo tan intrigante como hace quinientos años, que es, por supuesto, esa pequeña, apenas visible, pero extrañamente obvia sonrisa de Lisa del Giocondo. Aquellos que han presenciado esta obra maestra de bellas artes en particular en la vida real siempre enfatizan la mirada ineludible de la dama en el lienzo, pero la sonrisa seguramente aparece como el segundo aspecto más inexplicable de la famosa obra de arte.Da Vinci, siendo tan diabólicamente inteligente como era, creó una ilusión interesante que juega con nuestra percepción de la imagen. Mientras miramos directamente a la boca de Lisa, parece que ella podría ser cualquier cosa menos feliz, mientras que, con nuestra vista moviéndose hacia las otras características de su rostro, parece que las comisuras de sus labios están girando hacia arriba. Esto crea la impresión de que de repente nuestra heroína nos ha regalado una sutil sonrisa, una sonrisa que solo se puede experimentar si se mira de forma indirecta.Esto crea la impresión de que de repente nuestra heroína nos ha regalado una sutil sonrisa, una sonrisa que solo se puede experimentar si se mira de forma indirecta.Esto crea la impresión de que de repente nuestra heroína nos ha regalado una sutil sonrisa, una sonrisa que solo se puede experimentar si se mira de forma indirecta.