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JMW Turner, junto con los artistas William Blake (también poeta) y John Constable, formaron parte del Movimiento Romántico en las artes visuales. Vale la pena señalar que su trabajo trasciende las 'etiquetas' y se resiste a la categorización fácil. Sin embargo, observar el trabajo de Turner en particular ayuda a comprender el estado de ánimo de la época y, lo que es más importante, a comprender el concepto multifacético y algo esquivo que es el romanticismo.
Turner's The Falls of Clyde (1844-46) es un ejemplo vívido del sentimiento romántico expresado en el lienzo. Representa las cascadas cerca de New Lanark, Escocia. En una esquina del cuadro, tres turistas victorianos se detienen a reflexionar sobre la belleza natural que los rodea.
Las cataratas están pintadas con pinceladas amplias que expresan poder y movimiento. Los intensos colores y claroscuro de Turner retratan el drama y la pasión. La pintura transmite la noción romántica de lo sublime, o una experiencia trascendente de la naturaleza, cuando uno se siente abrumado por su poder. El efecto también se logra mediante el uso de escala. Las pequeñas figuras de la parte inferior izquierda del cuadro están virtualmente dominadas y dominadas por las inmensas cataratas que las rodean.
La pintura emplea un punto de vista inusual; el espectador mira las cataratas y la gente desde arriba, como suspendido en la niebla. El resultado es algo desorientador. La obra de Turner marca una desviación de la noción de lo pintoresco del siglo XVIII, en la que las pinturas representaban escenas para que el espectador las contemplara de forma distante. The Falls of Clyde da la impresión de que en realidad somos parte de la pintura. Esta idea está en línea con la preocupación romántica por la experiencia personal y el impacto emocional.
A partir de estos ejemplos, está claro que The Falls of Clyde de Turner involucra al espectador. El efecto es atraernos no solo a la pintura, sino también a la conciencia romántica.