Isabel
Una forma de motivar a los niños a estudiar es organizar situaciones en las que puedan poner en práctica los conocimientos adquiridos en la vida cotidiana. Muchos educadores han descubierto la importancia de la aplicación práctica del trabajo escolar. Se han realizado esfuerzos para combinar la teoría con el trabajo real. Los estudiantes son enviados periódicamente a lugares de trabajo para poner en práctica los conocimientos adquiridos. Del mismo modo, los padres pueden asignar a sus hijos e hijas diferentes tareas y responsabilidades.
Cuando se trata de algún idioma extranjero, haga arreglos para que los niños lo usen tanto como sea posible. Quizás podría llevarlos a lugares donde se habla el idioma, pedirles que traduzcan recortes o citas en ese idioma, o invitar a sus amigos de casa que hablen el idioma.
Para la aplicación práctica de las matemáticas, se podría alentar a los niños a llevar un libro de cuentas personal, a los ingresos totales del hogar, a calcular los costos de ciertas reparaciones en el hogar, etc.
Para el ejercicio de lectura, los padres pueden hacer que sus hijos les lean en voz alta. Algunos jóvenes han ganado mucha felicidad y experiencia práctica leyendo a personas ciegas y otros que no pueden leer por sí mismos. Un padre hace que su hija le lea regularmente material de estudio en cintas de grabación. Luego, cuando va y vuelve del trabajo, lo escucha en el auto en su grabadora.
A muchos padres les ha gustado dejar que sus hijos realicen trabajos manuales y así acostumbrarse a manipular herramientas. Esta aplicación práctica del conocimiento contribuye al desarrollo de la mente.