Ha habido
muñecos de silicona inanimados
desde mediados de los 90 para aquellos interesados en las relaciones con personas no orgánicas. Empresas como
Real Doll en los EE. UU. Y
Orient Industry Co en Japón han estado vendiendo estos modelos durante varios años. Sin embargo, aunque algunos desarrolladores de robots aficionados han estado 'actualizando' a sus amantes de la silicona con software de inteligencia artificial, no hay amantes totalmente robóticos disponibles comercialmente en este momento.
El autor
David Levy escribió en su libro de 2007,
Love & Sex With Robots, que el matrimonio entre humanos y robots sería algo común dentro de 50 años, argumentando que los humanos ya antropomorfizan varios objetos inanimados, por lo que no sería un gran salto, si un robot se viera bien y respondiera bien, imagínese que deberíamos querer tener a largo plazo relaciones amorosas con ellos.
Un investigador europeo,
Henrik Christensen, de la European Robotics Research Network, anunció en 2006 que "la gente va a tener relaciones sexuales con robots dentro de cinco años".
fuente de la imagen:
kineda.com
Aunque ha habido avances con el uso de nuevos geles con memoria de forma en la piel, motores internos y capacidades de audio, todavía no se ha creado un amante artificial inteligente y receptivo. El principal diseñador mundial de androides, el profesor Hiroshi Ishiguro de la Universidad de Osaka, ha pasado años desarrollando androides que se mueven y parecen personas reales: respiran, parpadean y tienen gestos similares a los humanos. Sin embargo, los androides no están diseñados como muñecos del amor y sus 'cerebros', sensores y mecanismos de energía son sustanciales y actualmente están ubicados en el exterior, ya que los sistemas son demasiado grandes para caber dentro de los cuerpos.
Fuente de la imagen:
foxnews.com
Aún quedan varios años de investigación y desarrollo antes de que un robot autónomo sea comercialmente viable. Vale la pena señalar que la industria del entretenimiento para adultos ha sido tradicionalmente líder en la adaptación de nuevas tecnologías y hay pocas dudas de que, en algún momento, estos dispositivos llegarán a existir.