Recientemente, uno de mis amigos, que tenía la mala costumbre de comer alimentos picantes, beber bebidas carbonatadas y fumar, se había sometido a un blanqueamiento dental hace unos meses. Las manchas de nicotina realmente hacían que sus dientes parecieran los de un demonio. Ahora, aunque no ha dejado de fumar, sigue estrictamente la tabla de dieta del médico. La comida chatarra ha sido reemplazada por frutas frescas y jugosas, incluso ella ya no bebe ninguna bebida carbonatada. ¡Su sonrisa ahora es mucho más apreciable que antes!