Adolfo
A ninguna persona o lugar se le puede atribuir el nacimiento de los caballos balancín. Algunos dicen que se supo de ellos por primera vez en Alemania, pero no hay registros definitivos. Los caballos balancín se hicieron muy populares como juguetes de lujo para niños a finales del siglo XVIII en diferentes partes de Europa. Inicialmente, solo se los veía en hogares ricos, especialmente entre los aristócratas ingleses que idearon un diseño y una combinación de colores estándar (caballo de madera pintado de gris moteado sobre una mecedora de arco de madera curvada).
En 1880, un inventor estadounidense, Philip Marqua, ideó el soporte de planeador para caballos balancín, que resultó ser más seguro y estable que el balancín de proa tradicional.
Aunque originalmente era el juguete de una persona rica, el caballito de balancín se extendió a los hogares de la clase media bajo los victorianos. Durante mucho tiempo, los niños más pobres se las arreglaron con caballos de juguete (una cabeza de caballo montada en un palo). Aunque pensamos en ellos como simples juguetes, el caballito de balancín puede haber sido considerado una herramienta educativa temprana, en los círculos sociales donde se consideraba esencial que los jóvenes aristocráticos se convirtieran en buenos jinetes.