Es más probable que una sociedad socialista tenga un impacto inmediato y controlado en una situación de emergencia como las sufridas en los últimos años en todo el mundo. Las sociedades socialistas se basan en el bien de la nación y las necesidades humanas de los pueblos haciéndolos más eficientes en reagrupar y reorganizar sus esfuerzos. En estas sociedades, cada persona tiene un papel que desempeñar y sabe cuál es. No hay que adivinar, no hay que esperar a que llegue el liderazgo, todo excepto eliminar los golpes de las masas sin rumbo inseguro de qué hacer.
En los Estados Unidos, muchos de nosotros tenemos puntos de vista y tendencias socialistas, pero solo en situaciones de emergencia por las que elegimos dejarnos mover. Es decir, cuando nos conmueve emocionalmente la difícil situación de otro grupo o individuo, actuaremos en el mejor interés de esa creencia. Sin embargo, a diario, la mentalidad del número uno; cada individuo haciendo todo lo posible para absorber tanta riqueza o posesiones como puede obtener, rara vez ve que nuestras propias acciones impactan a los que nos rodean de una manera negativa, sin embargo, todavía exigimos cortesías en el tráfico o en una fila.
Si bien las sociedades socialistas pueden estar mejor preparadas en prácticas e ideologías para ayudar en situaciones de desastre, rara vez tienen acceso a la masa pura de recursos que proporcionan las sociedades capitalistas cuando se sienten motivadas a actuar. A nivel individual o global, existen diferentes ideales para las personas de este planeta. Cada una de las diferentes sociedades tiene sus fortalezas y debilidades; el truco para una paz saludable es trabajar juntos aprovechando nuestras fortalezas y minimizando nuestras debilidades.