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Lo principal es que están llenos de vida. Son uno de los hábitats más ricos de la Tierra. Allí viven montones de especies de peces, esponjas, medusas, cangrejos, camarones, langostas, serpientes marinas, pulpos, almejas, peces payaso, anguilas, pargos, tiburones, nudibranquios, pepinos de mar, estrellas de mar y plantas marinas. Y esa es solo la punta del iceburg. Se necesitarían páginas para enumerar todas las formas de vida que son sustentadas por los arrecifes de coral.
Mucha vida puede sobrevivir en los corales porque proporcionan ambientes acuosos cálidos, limpios y claros, ricos en cadenas alimenticias. El arrecife en sí está construido a partir de pólipos de coral, que a su vez son animales. Estas pequeñas criaturas viven en grandes colonias y cuando mueren, dejan la estructura ramificada dura que mantiene unido al arrecife.
El crecimiento del arrecife es lento, alrededor de una pulgada por año, por lo que cualquier daño es catastrófico. Un importante proyecto mundial está tratando de coordinar esfuerzos para proteger los arrecifes de coral y evitar que las especies que viven allí se extingan antes de que las descubramos. Un proyecto reciente sobre un arrecife de coral en Papúa Nueva Guinea encontró más de 50 especies completamente nuevas. Qué desperdicio si se perdiera.