Los pingüinos son aves no voladoras que se han adaptado muy bien a vivir en un entorno marino. Usan sus alas cortas y achaparradas para deslizarse por el agua y pueden nadar extremadamente rápido.
La velocidad normal de natación de un pingüino adulto puede llegar a los diez kilómetros por hora. Esto varía ligeramente según la especie pero, si las circunstancias lo exigen, los pingüinos pueden aumentar aún más su velocidad utilizando una técnica conocida como 'marsopa'.
Nadan bajo el agua y luego saltan de la superficie, aún viajando a gran velocidad. Durante su tiempo en el aire, respiran aire fresco para llevar oxígeno a sus pulmones. Cuando regresan al agua, no han perdido mucho de su impulso, pero han recargado su sistema con nuevos suministros de oxígeno. Esto les permite usar sus músculos de manera más efectiva para la próxima explosión de velocidad bajo el agua antes de lanzarse al aire para respirar de nuevo.