La secreción sanguinolenta de la vulva puede ser normal durante el celo o puede ser un signo de disfunción o enfermedad. Las causas incluyen problemas del tracto urinario como infecciones, cálculos en la vejiga, enfermedad renal, tumores, traumatismos, trastornos de la coagulación y anomalías congénitas.
Los signos de enfermedad del tracto urinario son micción frecuente, esfuerzo para orinar, dolor al orinar y orina con mal olor.
Las perras pueden tener su primer celo a partir de los 6 meses. Otros signos de celo son gritos, hinchazón y enrojecimiento de la vulva, atractivo para los perros machos y elevación de los cuartos traseros. La secreción sanguinolenta asociada con el celo permanente en la perra es la única situación en la que la sangre en la orina es normal; si este no es el caso, deberá solicitar la ayuda de su veterinario local para descubrir el problema subyacente.