Rey
Dogberry es un alguacil, designado por el gobernador de Messina para mantener la paz y organizar a los vigilantes nocturnos. De hecho, es el equivalente isabelino de un policía, aunque parece bastante inseguro de sus deberes. Aconseja a los vigilantes que pueden ordenar a los personajes sospechosos que se detengan "en nombre del príncipe", pero que si no se detienen, se les debe permitir que se vayan; porque si no escucha el nombre del príncipe, no puede ser un súbdito, "y no debemos entrometernos con nadie más que con los súbditos del príncipe". El pensamiento confuso de Dogberry se refleja en su lenguaje; confunde palabras, piensa que "tedioso" es un cumplido y confunde "condenación" con "redención". Por tanto, es sorprendente que sea Dogberry, a su manera lenta y torpe,quien con sus colegas descubre un complot contra un amigo del príncipe, y finalmente logra llevar a los perpetradores ante la justicia. Como comenta uno de ellos: "Lo que su sabiduría no pudo descubrir, estos tontos superficiales lo han sacado a la luz".