Esther
Al planear, el pájaro desciende con las alas extendidas y todas las superficies se expanden para ralentizar su descenso. Los mejores planeadores pueden recorrer una distancia de unas 20 veces las altitudes desde las que comienzan a descender.
Las aves planeadoras, como buitres, gaviotas, pelícanos, halcones y águilas, pueden viajar grandes distancias con muy poco esfuerzo elevándose en una corriente ascendente y luego deslizándose hasta llegar a otra. A través de los movimientos de las alas, pueden flotar a la misma altura en una corriente ascendente o cambiar de un planeo a un vuelo en un instante. Algunas variedades de aves pueden viajar de esta manera a velocidades de 30 a 50 millas (48 a 80 kilómetros) por hora durante la mayor parte del día, conservando así su energía. Por lo general, uno puede saber cuándo las aves usan este tipo de vuelo, ya que darán vueltas durante un tiempo a medida que se elevan y luego se transforman en un planeo largo y recto.
Las aves como el albatros son expertas en manejar los fuertes vientos sobre el océano. Con el viento detrás, el albatros inicia un largo planeo hacia la superficie del agua, ganando velocidad. A pocos metros del agua se convierte en viento y es levantado por él, ganando altura pero perdiendo velocidad. Luego gira y comienza el ciclo nuevamente. Al ajustar las distancias recorridas en cualquier parte de este ciclo, el ave puede viajar en cualquier dirección deseada. Mediante esta técnica, el albatros real, por ejemplo, puede viajar de 50 a 70 millas (80 a 110 kilómetros) por hora durante largos períodos. El único esfuerzo que se requiere es que el ave mantenga las alas extendidas y ocasionalmente las agite una o dos veces.
Lenora
El mejor planeador del mundo es el albatros que planea durante años y aterriza solo para criar a sus crías.