Clementina
En términos muy simples, el fuego se puede definir como una fuente de energía térmica y luminosa que se desprende de una reacción química. El fuego se crea cuando el oxígeno se combina con un material combustible a alta temperatura (por ejemplo, el carbono en la madera se quema a alrededor de 325 ° C). Los tres ingredientes, oxígeno, material combustible y altas temperaturas son esenciales para hacer un fuego. Por tanto, el fuego no es ni líquido ni sólido ni gaseoso. Es una reacción química que produce calor y energía luminosa. A veces hablamos de fuego líquido, pero es un nombre inapropiado.
En realidad, cuando las sustancias con puntos de fusión muy altos se derriten, emiten un brillo anaranjado. Por ejemplo, cuando el hierro se funde y se purifica y alea para formar acero, se ve un color naranja brillante que se asemeja al fuego. Sin embargo, esto no es fuego. Debido a las altas temperaturas, la energía térmica y la energía luminosa que se emiten hacen que parezca fuego. Cuando hay fuego, se forman ciertos subproductos que son de naturaleza gaseosa. Por ejemplo, el carbón en la madera y el carbón se quema para producir dióxido de carbono, que es gaseoso.
Por lo tanto, podemos escribir la ecuación como
C + O2 = CO2 + Energía.
Esta energía está en forma de calor y luz, lo que llamamos fuego.