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Bizancio fue la capital del imperio bizantino, una ciudad también conocida como Constantinopla y ahora Estambul. El imperio bizantino fue sucesor del imperio romano. En las últimas etapas del dominio de Roma, cuando enfrentó graves amenazas a su existencia en múltiples frentes, el sitio de la capital imperial cambió de lugar de vez en cuando. Bizancio fue declarada capital en el 324 d.C. a instancias del emperador Constantino.
Cuando la mitad occidental del imperio romano fue invadida por bárbaros, la mitad oriental logró mantenerse intacta durante algún tiempo. El griego era el idioma común del imperio oriental y, aunque se mantuvieron algunos aspectos de la tradición romana, Bizancio desarrolló una cultura distintiva propia. El imperio bizantino logró continuar existiendo durante otros mil años después de que el imperio romano cayera en el oeste, y finalmente sucumbió al asalto turco en el año 1453.