¿Por qué es deseable compartir el poder en las democracias modernas?

Hay dos conjuntos diferentes de razones a favor del reparto del poder.



   1. La primera gran razón que favorece el reparto del poder es que ayuda a reducir la posibilidad de conflicto entre grupos sociales. Se cree que los conflictos sociales a menudo conducen a la violencia y la inestabilidad política en el país. Por tanto, compartir el poder es una buena forma de evitar la inestabilidad política y, por tanto, de mantener el orden político en el país. La imposición de la voluntad y la fuerza de la comunidad mayoritaria sobre las minorías puede parecer una opción atractiva, pero su existencia es de corta duración ya que socava la unidad del país. La dictadura y autocracia de la comunidad mayoritaria no solo es opresiva e injusta para las minorías, sino que a menudo las destruye.
   2. La segunda razón principal que apoya el reparto del poder tiene un motivo más profundo en el espíritu de la democracia. El poder compartido es efectivo, ya que el gobierno democrático implica compartir el poder con las personas afectadas y con aquellos que tienen que vivir con sus efectos, por lo que las personas tienen derecho a ser consultadas sobre cómo deben ser gobernadas. De esta manera, la gente adquiere un interés en el sistema a través de la participación en la formación de un gobierno legítimo para su país.



La primera razón puede calificarse de "prudencial", mientras que la segunda razón puede calificarse de "moral". Si las razones prudenciales enfatizan el hecho de que compartir el poder produce mejores resultados, entonces la razón moral enfatiza la importancia de compartir el poder.

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En primer lugar, compartir el poder es bueno porque ayuda a reducir la posibilidad de conflicto entre
grupos sociales, dado que los conflictos sociales a menudo conducen a la violencia y la inestabilidad política, en segundo lugar, una razón más profunda por la que compartir el poder es bueno para las democracias. .Una regla democrática implica compartir el poder con los afectados por su ejercicio y que tienen que vivir con su efecto.