El cebo para hormigas no es tóxico para los perros. Sin embargo, debe evaluar cuánto pudo haber consumido el perro. Un perro grande puede no verse afectado en absoluto por esto, aunque un perro más pequeño puede hacerlo en grandes dosis. El veneno está dirigido a las hormigas, que son minúsculas en comparación con un perro, aunque es imprescindible verificarlas con un veterinario.
Mientras espera, una de las cosas más naturales que puede hacer un perro es masticar y comer hierba. Este es un mecanismo de defensa natural y provoca vómitos. Permita que su perro haga esto para deshacerse de cualquier sustancia peligrosa que todavía esté en el estómago.
La dosis definitivamente no va a matar al perro. Puede hacer que actúe de manera diferente después de causarle un malestar estomacal, pero asegúrese de que el cuenco de agua esté lleno durante la noche y vigile al perro. Hay muchas líneas veterinarias de emergencia a las que puede llamar y que están abiertas las 24 horas. Se pueden encontrar en Internet o a través de su veterinario local y en la caja o empaque de cebo o veneno.
Una de las principales preocupaciones aquí no es tanto el veneno en sí, sino lo que el perro puede haber comido a su alrededor. Si se ha comido la trampa, puede ser un problema, por lo que hacer que un veterinario revise al perro debería resolverlo.
Los perros comen casi de todo, especialmente cuando son jóvenes, por lo que su sistema inmunológico funciona excepcionalmente bien. En esta situación, esté atento a los vómitos, la pérdida de apetito, el babeo excesivo inusual y las deposiciones anormales.