Hay muchas posibilidades de estos bultos, pero no se pueden diagnosticar sin echar un vistazo. Puede ser una infección por estafilococos, sarna o reacciones alérgicas. Otras posibilidades son
- Bultos cancerosos. Esto puede ser identificado por su veterinario.
- Quiste sebáceo. Estos quistes están formados por células muertas, sudor o líquido transparente. Tampoco requieren tratamiento porque se curan a sí mismos. A veces se infectan y necesitan antibióticos.
- Lipomas: estos son los tipos más comunes de bultos y son indoloros, suaves y de forma redonda. Generalmente se encuentra debajo de la piel. No hacen daño al perro. Pero algunos lipomas grandes causan irritación y el veterinario los elimina.
Todas las protuberancias de la piel requieren un diagnóstico adecuado del veterinario porque la diferenciación de las protuberancias puede requerir un examen microscópico. Entonces, visita a un veterinario.