Entre las ventajas que se suelen citar se incluyen las siguientes: los activos siguen siendo parte de la riqueza nacional en lugar de pertenecer a individuos; el control gubernamental de los servicios públicos puede significar que la seguridad, los altos estándares, etc., más que las ganancias, sea el motivo principal; las condiciones laborales pueden ser mejores; Los servicios públicos de propiedad estatal no se pueden vender a propietarios extranjeros (como ha sucedido con algunos servicios clave, por ejemplo, el agua del Reino Unido).
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