Hay decenas, si no cientos, de diferentes ramas de la biología, cada una de las cuales se enfoca en una subsección particular de la ciencia. Todas estas ramas ayudan a contribuir al ámbito general de la biología, el estudio de la vida y los organismos vivos. Cuatro de las principales ramas de la biología son la anatomía, la bioquímica, la ecología y la mammalogía.
La anatomía es el estudio de la estructura de los seres vivos. Dentro de él, se puede considerar la estructura de humanos, animales o plantas. Se subdivide en anatomía macroscópica y anatomía microscópica. El primero analiza estructuras anatómicas que pueden ser estudiadas a simple vista, mientras que el segundo considera estructuras anatómicas que solo pueden estudiarse con la ayuda de un microscopio.
Este es el estudio de los procesos químicos en los organismos vivos. La bioquímica gobierna todos los organismos vivos y procesos vivos. Estos procesos bioquímicos ayudan a proporcionar información sobre la complejidad de la vida al controlar el flujo de información a través de la señalización bioquímica y el flujo de la química a través del metabolismo. La bioquímica se ocupa de la estructura y funciones de los componentes celulares.
La ecología es el estudio de las interacciones que ocurren entre los organismos vivos y sus interacciones con el entorno no vivo que los rodea. Los ecologistas observan la composición, distribución, número, cantidad y estados cambiantes de los organismos dentro y entre los ecosistemas. Estos ecosistemas son sistemas jerárquicos que se organizan de acuerdo con la regularidad de las partes interactuantes y semiindependientes.
Como su nombre indica, la mammalogía es el estudio de los mamíferos. Específicamente, la clase de vertebrados que tienen características como metabolismo homeotérmico, pelaje, corazones de cuatro cámaras y un sistema nervioso complejo. La rama de la biología se puede subdividir en áreas más específicas como la primatología y la cetología.
Estas son solo cuatro de las muchas ramas de la biología que existen. Cada uno cubre un área específica que contribuye a una mayor capacidad de estudio de la vida y los organismos vivos.