Malinda
Hazrat Umar (Dios esté complacido con él) fue uno de los más grandes reyes y conquistadores del Islam. Se convirtió en Califa (el Rey) después de Hazrat Abu Bakar (Dios esté complacido con él). Hazrat fue un gran luchador, luchador, espadachín, atrevido y valiente. Estaba en contra del Islam y era hostil a todos los musulmanes, pero un incidente cambió toda su vida y se convirtió en musulmán.
Después de convertirse en el califa de los musulmanes, trajo grandes cambios y reformas en la sociedad. Siguió siendo califa durante once años y conquistó un vasto imperio durante los 11 años de su gobierno. Introdujo una gran cantidad de reformas. Organizó el ejército. Fue un gran hombre que dio forma al destino de la Ummah musulmana.
Le dio mucha importancia a la justicia y el bienestar de la gente. Llevaba una vida muy sencilla. Le encantaba conocer gente e indagar sobre sus problemas. Siguió el dicho del Santo Profeta (la paz sea con él): "Trata a tu siervo como te tratarías a ti mismo. Amo y siervo son iguales ante Dios".
Era amable y comprensivo con los pobres. Pasó muchas noches sin dormir. Solía vagar por las calles para ver las condiciones de su pueblo. Una noche pasó por una casa y escuchó a los niños llorar. Había una olla de agua en llamas. La madre les dijo que durmieran y cuando la comida estuviera lista los despertaba. Pero los niños no escucharon. Hazrat Umar (Dios esté complacido con él) preguntó a la mujer: "¿Qué te pasa?". Ella le dijo que no había nada para comer. No había dinero ni grano en la casa. Su marido había muerto. Los niños lloraban pidiendo comida. Luego hizo cumplir la Ley de dar un estipendio a todos los niños que nacieron en una familia. Este sistema todavía está vigente en los países europeos que los musulmanes hemos olvidado y no logramos implementar.
Fue muy estricto en el caso del juicio. No perdonaría a nadie, ni siquiera a su propio hijo, si él cometiera un error. Para él, altos y bajos, ricos y pobres, eran todos iguales ante la ley. Fue asesinado por un no musulmán llamado Feroz, cuando estaba ofreciendo sus oraciones un día y enterrado junto a la tumba del gran mensajero de Allah, Hazrat Muhammad Sallala. hu alai hola wa'ali hola wassallam.