Depende de cada situación. En algunos casos, creo que no puede encontrar desventajas. Además, en muchos casos, la ayuda externa puede resultar útil. Digamos, vas a presentar un proyecto empresarial, una puesta en marcha, liderar un evento pero tu experiencia con la actuación ante una audiencia es insuficiente. Entonces, un orador de liderazgo está aquí para ayudarlo. Una opción decente para depender de la ayuda externa, ¿no es así?