Como regla general, cualquier persona que pueda celebrar o celebrar un contrato puede designar un agente. Cualquier persona, incluso aquél que no pueda firmar un contrato por sí mismo, puede ser un agente, en lo que respecta a vincular a un individuo principal y otro individuo o grupo de parte. Hay varias formas en las que se puede crear agencia entre las partes.
Se puede crear una agencia mediante un acuerdo expreso, ya sea escrito u oral, entre dos partes, a saber, el principal y el agente. Si el acuerdo se ha escrito, también podría sellarse. Además, una agencia simplemente puede estar implícita como resultado de una conducta. Por ejemplo, dentro de una sociedad, se supone que cada socio es el agente del otro. Otro caso de agencia asumida existe en un hotel, donde los huéspedes asumen que el empleado de recepción tiene la autoridad para aceptar y hacerse cargo de los pagos que se le entregan. Las relaciones también pueden dar lugar a la agencia. Una esposa, por ejemplo, puede obligar a su cónyuge a pagar los artículos que ha comprado.
Otra forma en que puede surgir la agencia es mediante el impedimento legal. Este término se define como tal:
- Si una parte (A), ya sea a través del lenguaje o la conducta, le ha dado a otra parte (B) una causa razonable para creer que las cosas están en un cierto estado, y B actúa sobre esta creencia, entonces A no puede negar que el estado de las cosas es como cree B a cualquier otra parte que se haya basado justificadamente en su conducta o lenguaje.
- Si, por ejemplo, B actúa como agente de A sin el conocimiento de A, y A se aprovecha de la acción tomada por B al descubrirlo, entonces se considera que A ha ratificado las acciones de B y no puede negar posteriormente el hecho de que B estaba actuando como su agente.