Carroll
El 16 de junio de 1520, el Papa León X emitió una bula condenando a Lutero. Enumeró cuarenta y una proposiciones de los escritos de Lutero que fueron declaradas falsas, peligrosas o heréticas. Si no se retractaba, las autoridades seculares debían apresarlo y entregarlo al Papa. Entonces, sin duda, habría sido tratado como el bohemio John Huss, que fue quemado vivo en una hoguera.
Pero las autoridades seculares donde se encontraba Lutero simpatizaron con él y se negaron a tomar medidas. Su sentido de la justicia se indignó porque Lutero fue condenado sin haber tenido una audiencia y la oportunidad de defenderse. De hecho, la bula provocó que estallara la indignación pública contra la acción arbitraria del Papa.
En Roma y en algunos otros lugares, los libros de Lutero se quemaron públicamente. En represalia, el cuerpo docente y estudiantil de Wittenberg se reunió frente a la puerta Elster de la ciudad y quemó las constituciones papales, el derecho canónico y las obras de teología escolástica. Lutero agregó la bula de excomunión del Papa al montón en llamas.