Sofía
El Gobierno Liberal reaccionó encarcelando a las sufragistas. Al principio se les trataba como presos políticos y, por ejemplo, podían llevar su propia ropa. Pero después de 1908 este ya no fue el caso. Fueron vistos como criminales, tratados como prisioneros comunes, pero las mujeres respondieron a esto con huelga de hambre. El gobierno introdujo la alimentación forzada y algunos historiadores dicen que esto era necesario para salvar vidas. Pero las sufragistas lo vieron como una violación oral, una "invasión instrumental del cuerpo". Se dijo que más de 1000 mujeres fueron sometidas a esto.
En agosto de 1912, The Lancet condenó la práctica de la alimentación forzada que el ministro del Interior, Reginald McKenna, había descrito como "tratamiento médico necesario". Sin embargo, el gobierno seleccionó a sus víctimas con cuidado. La publicidad adversa condujo en abril de 1913 a la "Ley de baja temporal de presos por mala salud", que se denominó Ley de gatos y ratones. El gobierno liberal tuvo dificultades. Dar el derecho al voto a las mujeres en tales circunstancias podría sentar un precedente peligroso.