Milton
En la ley islámica, los intereses de los préstamos no se pueden cobrar, ya que se consideran usura, por lo que los bancos tienen que establecer préstamos islámicos especiales en los que no se cobran intereses. Sin embargo, existe una tarifa de arreglo para establecer tales préstamos, que por una extraña coincidencia es exactamente la misma cantidad que el interés que se cobraría por un préstamo normal. ¡No se puede vencer a la religión por pura hipocresía!