Antonio
El estructuralismo se originó en el campo de la lingüística, particularmente en la obra de Ferdinand de Saussure, quien desarrolló la idea del lenguaje como un sistema con reglas arbitrarias que solo funcionan en el contexto del sistema. Él definió el fonema, o unidad de sonido, como la base del lenguaje, señalando el punto crucial de que el fonema no tiene existencia independiente, sino que se define solo por su diferencia con otros sonidos. En español, por ejemplo, la diferencia entre los sonidos "b" y "v" no es importante; en inglés pueden marcar la diferencia entre "bars" y "vase".
Estas ideas básicas sobre reglas y sistemas se han aplicado a la literatura, el arte y (por los antropólogos) los sistemas sociales, así como al lenguaje. Al desarrollar estas teorías, estructuralistas como Roland Barthes incluso han argumentado que no existe una conexión real entre el autor de un texto y su lector. El "autor" es un constructo, una persona creada, que no puede controlar las interpretaciones de su texto; el texto no tiene un significado intrínseco, pero sus lectores le dan significados que le imponen.