El movimiento del ala proporciona sustentación, así como la propulsión necesaria para superar la "resistencia" y ganar velocidad. El movimiento del ala del pájaro podría compararse con el de un nadador haciendo el "golpe de mariposa". Sus brazos giran alrededor de la articulación de su hombro, mientras los lanza hacia adelante por el aire y luego los empuja hacia atrás a través del agua. El vuelo, sin embargo, es mucho más complejo e implica la rotación del ala y los movimientos relativos de varias partes del mismo.
Cuanto más rápido viaje el pájaro, más elevación vendrá del aire que pasa alrededor de las alas. Se ha calculado que una paloma que despega utiliza cinco veces más energía que cuando alcanza un vuelo estable.
Con la mayoría de las aves más grandes, el aumento de envergadura aún no es lo suficientemente grande para hacer frente a su peso adicional y mayor resistencia, especialmente al despegar. Entonces, algunos de estos, como el pelícano, corren por el suelo unos pocos pies para ganar velocidad para levantarse. Otros, como los buitres, aterrizan en un árbol o cerca y luego, al saltar, ganan suficiente velocidad a través del tirón de la gravedad para que sus alas les proporcionen sustentación.
El ave más pesada que puede volar es el cisne trompetista, que pesa hasta 40 libras (18 kilogramos). Las aves pesadas están limitadas en la cantidad de aleteo que pueden hacer debido al arduo esfuerzo que implica. Sin embargo, esto no restringe su capacidad para volar, ya que son maestros de otra forma de vuelo.