Los que estaban en la zona de la explosión murieron casi instantáneamente. Otras personas y animales fueron quemados. El ganado perdió pastizales; la gente perdió sus hogares.
Durante meses, el transporte terrestre y marítimo se vio afectado. Los puentes y las carreteras resultaron dañados o totalmente destruidos. Las casas se arruinaron o sufrieron graves daños.
En otras comunidades de Washington y Oregón, las cenizas de acomodación tuvieron que eliminarse de las calles, los jardines y los pastos. El ganado tenía que ser alimentado a mano porque los animales no podían llegar a la hierba para alimentarse.
www.MaryTrimbleBooks.com