Los estudiantes que escuchan música con letra mientras completan tareas de lectura o escritura tienden a ser menos eficientes y terminan absorbiendo menos información.
La música fuerte o agitada puede tener efectos adversos en la comprensión lectora y el estado de ánimo, dificultando la concentración.
Los estudiantes que usan música para ayudarlos a memorizar a veces necesitan escuchar música mientras toman el examen para aprovechar los beneficios de este método de estudio. En el entorno silencioso de la toma de exámenes, a estos estudiantes les puede resultar más difícil recordar la información.