El verso antes mencionado es del poema llamado Tartaria. Fue escrito por el poeta William De La Mar. Las palabras del poema son las siguientes:
Si yo fuera Señor de Tartaria,
yo mismo, y solo yo,
mi cama sería de marfil,
de oro batido mi trono;
Y en mi corte deberían alardear los pavos reales,
Y en mis bosques acecharán los tigres,
Y en mis estanques los grandes peces inclinarán
Sus aletas a través del sol.
Si yo fuera Señor de Tartaria,
Trompetistas todos los días
Me convocarían a todas mis comidas,
Y en mis patios rebuznarían;
Y al anochecer deben brillar las lámparas,
amarillas como la miel, rojas como el vino,
mientras que el arpa, la flauta y la mandolina
hacen música dulce y alegre.
Si yo fuera el señor de Tartaria,
Usaría una túnica de cuentas,
blancas y doradas, y verdes serían ...
Y pequeñas y gruesas como semillas;
Y antes de que menguara la estrella de la mañana,
me pondría mi túnica y mi cimitarra.
Y las cebras siete deberían arrastrar mi coche a
través de los oscuros gleades de Tartary.
Señor de los frutos de Tartaria.
¡Sus ríos plateados!
Señor de las colinas de Tartaria.
¡Cañada, matorral, madera y valle!
Sus estrellas centelleantes, su brisa perfumada,
Sus lagos temblorosos, como mares sin espuma,
Sus cidros que
deleitan a los pájaros, ¡
En cada valle púrpura!