Marqués
Todo depende del perro y el gato y de cómo los presentas, llévalos a un territorio neutral donde ninguno de los dos sabría o reconocería (espacio cerrado) y luego, con el perro muy seguro con la correa, deja que el gato deambule por la habitación permitiéndole que se acerque al perro. si lo desea, pero solo si lo desea. Intente alimentarlos juntos, pero sin dejar de mirar para que se acostumbren el uno al otro. Haga esto durante varias semanas y cree una rutina para ellos. Pronto deberían establecerse