Marianne
París o Alejandro, como se le conoce a veces en la mitología griega, era hijo del rey Príamo y la reina Hécuba de Troya; París se representa como un joven apuesto en muchas obras de arte. También tenía un hermano llamado Héctor. Se pronosticó que París provocaría la devastación de Troya debido a la cual fue abandonado y abandonado en el monte. Ida a morir.
La suerte favoreció a París y un pastor lo encontró y lo crió. La predicción se hizo realidad ya que el posterior secuestro de Helena, reina de Esparta, condujo a la Guerra de Troya entre Troya y Grecia, que culminó con la destrucción de Troya.
Enone, una ninfa, tenía un afecto especial por París, a lo que correspondía. Una ninfa es una mujer experta en el arte de curar. Más tarde deja Oenone por Helen. En la Guerra de Troya, después de que Paris es herido, le ruega a Enone que lo cure, lo que ella se niega y luego muere.