Hay mucha similitud tanto en la estructura como en la organización de la atención. Sin embargo, la
filosofía detrás de las acciones de los obstetras y parteras es diferente. Por lo general, las parteras enfatizan firmemente que el embarazo y el parto son, por regla general, eventos normales y saludables que ocurren en la vida de una mujer y necesitan orientación y apoyo; pero requiriendo intervención solo cuando sea realmente médicamente necesario. Es esta convicción la que se refleja
en la forma fundamental en que se educa a las parteras, así como en la forma en que "gestionan" el trabajo de parto y el parto.
Permanecen junto a la mujer, ofreciendo consuelo además de tranquilidad, permaneciendo siempre alerta, en caso de que surja algún problema. Desarrollan una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. Las parteras también educan a sus clientes, asegurándose de que sean capaces de participar plenamente en la toma de decisiones que giran en torno a la salud y el cuidado de la salud.
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