Las plaquetas son un tipo especial de célula sanguínea que actúa como agente de coagulación para unirse y proteger las células sanguíneas dañadas. Entonces, si se corta o se rompe la piel, las plaquetas se apresuran al sitio de la abrasión y se agrupan para formar una costra, que protege de las infecciones.

Generalmente, se considera que un recuento de plaquetas saludable está entre 150.000 y 450.000 por microfiltro de sangre. Un recuento más alto que esto significa que una persona padece una afección llamada trombocitosis.
Existen dos tipos diferentes de esta condición, la primera, conocida como "Trombocitosis Primaria", es causada por células anormales en la médula ósea que conduce a un aumento en la producción de plaquetas, la razón por la cual se desconoce. La "trombocitosis secundaria", por otro lado, se produce como resultado de otra afección, por ejemplo, el cáncer.
A menudo, la afección es asintomática, lo que puede dificultar el diagnóstico; sin embargo, en casos extremos, un recuento alto de plaquetas puede provocar coágulos de sangre e incluso un accidente cerebrovascular.